En el corazón de la actividad ganadera panameña, el manejo de pasturas mejoradas emergecomo un pilar fundamental para la optimización de la producción de carne y leche.
Esta aproximación integral, que conjuga prácticas y técnicas agrícolas avanzadas, no solo buscala eficiencia económica, sino también la preservación de la salud del suelo y la resilienciadel sistema pecuario frente a los desafíos climáticos.
El profesor Edgar Polo, un eminente especialista en pasturas, arroja luz sobre las particularidades de estos pastos híbridos mejorados que se están introduciendo en el país.Al abordar la inquietud sobre las variaciones climáticas, el profesor Polo enfatiza laimportancia de desmitificar el término "pasto", un vocablo común que abarca desde lasimple hierba hasta el monte, pero que en el contexto ganadero representa el alimento máseconómico para el ganado.
Una de las ventajas más significativas de estos pastos híbridos radica en su excepcionalcapacidad de adaptación a las dos estaciones predominantes en Panamá: el invierno y elverano. En particular, durante la estación seca, estos forrajes desarrollan un sistemaradicular profundo que les permite acceder a la humedad presente en las capas máshondas del suelo. Esta característica es crucial, ya que asegura una producción continua deforraje y rebrotes incluso en los meses más áridos, garantizando así la disponibilidad de alimento para el ganado.
Esta avanzada cualidad distingue a los pastos híbridos de las variedades cultivadas en décadas anteriores, como las de los años 80, 90 o 2000. Aquellos pastos carecían de lacapacidad de profundizar sus raíces, lo que resultaba en praderas amarillentas y marchitasdurante el verano, con una rápida maduración que deterioraba su calidad nutritiva ydigestibilidad, llevando al rechazo por parte del ganado debido a su alto contenido de fibra.
Hoy, gracias a los avances en investigación y desarrollo, los laboratorios han puesto adisposición de los ganaderos una vasta gama de especies forrajeras dotadas de esta vitalvirtud: un sistema radicular robusto que maximiza el aprovechamiento de la humedadsubterránea, asegurando así un rebrote constante en la época seca.
Ante la ineludible pregunta sobre las estrategias más adecuadas y rentables para asegurar laalimentación del ganado durante la temporada seca o períodos de escasez, el profesor Polo subraya la implementación de diversas tácticas de conservación de forraje.
Es imperativo no solo producir y cosechar forraje de alta calidad, sino también diversificar las fuentes. Esto incluye el uso de pastos de corte, caña de azúcar, maíz y sorgo forrajero. Además, laensilar se presenta como una técnica fundamental para conservar alimentos y asegurar el suministro de forraje durante los meses de menor disponibilidad. La adopción de estas prácticas no solo fortalece la resiliencia de la ganadería panameña frente a la variabilidad climática, sino que también pavimenta el camino hacia una producción más eficiente y sostenible.
Texto :Liriola Avilés:
foto. Liriola Avilés y Loren Lay


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